Un diseño para el Matrimonio.
Vivimos huyendo de un compromiso, por el miedo a la responsabilidad; somos incapaces de afirmar a otro que lo querremos por siempre. El hombre se ha vuelto tan mutable de si, que es incapaz de asegurar que esta enamorado para toda la vida. |
Dios diseñó el matrimonio, como
el fundamento de toda la sociedad. Antes de que existieran la Iglesia y toda
institución humana, Dios estableció formalmente el matrimonio al declarar: Dejará
el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y se harán una sola
carne. Es vital, que esto se enseñe a
otros.
Dado que el matrimonio no es de
origen humano, los humanos entonces no tienen derecho a descartarlo. Pero, como
fue Dios quien lo instituyó, sólo Él
tiene derecho a eliminarlo. La Biblia señala en Marcos 12:25, que el matrimonio
se da en esta vida. Ahora bien, el matrimonio como institución social, es la
base de la familia funcional, con deberes y derechos sociales, tanto para el
hombre y la mujer, está sujeto a las reglas estipuladas por Dios, no meramente
a las reglas que están dadas por una sociedad que ha desvirtuado lo digno y
honroso, por aquello practico y libertino. Dios, no nos dejó a oscuras con
respecto al matrimonio, nos ha revelado sobre el matrimonio en las páginas de
la Biblia.
Por tanto, citemos algunos
principios bíblicos enmarcados para el matrimonio. Al leer la Biblia, con el
fin de comprender su contenido encontraremos en cuanto a este tema, en
principio que; ningún individuo particular en cuanto a su gusto, tiene
autoridad para decidir si casarse o divorciarse, mas bien si este no posee don
de continencia, el Apóstol Pablo en 1ra. Corintios 7:8-9 recomienda casarse. El
Estado ha recibido como encomienda el guardar registros ordenados, pero no el
derecho (ni la competencia) de decidir las reglas del matrimonio y el divorcio;
esto es prerrogativa de Dios. Él ha revelado su voluntad sobre estos asuntos en
las Escrituras, que son explicadas y aplicadas al hombre.
Dios creó al primer hombre y a la
primera mujer, y Él empezó la familia como institución. El hombre y la mujer
fueron creados a imagen de Dios y fueron diseñados para que reflejaran su
naturaleza (Génesis 1:27-31). El diferencio el cuerpo del hombre y de la mujer,
pero ambos fueron formados de las mismas características espirituales, físicas,
emocionales, intelectuales, y sociales. El creador reflejo su imagen y los hizo
semejantes a él, lo que se pervirtió y desfiguro con la caída del hombre en
desobediencia. (Romanos 1:18-28). Desde la desobediencia de Adán y Eva en el
Huerto de Edén, el hombre ha estado tratando de planear su vida usando sus
propias ideas.
Sin embargo, Dios declara a
través de la Biblia un modelo para los
matrimonios, en principio los creó hombre y mujer (Mateo 19:4). Y que por su
deseo de compañía y necesidad de relacionarse, le instituye el pacto del
matrimonio (Génesis 2:18), dejando el hombre a sus padres, para unirse con su
mujer y así llegar a ser una sola carne (Mateo 19:5).
Al respecto, Charles Swindoll (1998) refirió:
“La idea entera de aceptación mutua, de dar, de escuchar, de perdonar y de
andar en una misma dirección, es implícita. Esto es, dos individuos
entremezclándose voluntariamente en la vida del otro, deseando compartir con el
otro y por consiguiente, completar al otro.”
Visto desde, la unión que debe
fortalecerse hasta llegar a ser uno, lo que Dios unió, no lo separe el hombre (Mateo
19:6). Ha sido la intención del Creador que la pareja se multiplicara,
produjese fruto de amor, (no producto de mera pasión y actividad hormonal) y así
pudiera sojuzgad la tierra y enseñorearse de la misma (Génesis 1:27-28). El
fracaso de la familia, frenará el proceso de crecimiento natural y dañará a
este fruto sin remedio.
